Piratería

Recuerdo mi tierna infancia, cuando llegaba la Vuelta Ciclista a España todos los niños sacábamos las bicis a las calles para emular a nuestros héroes, pero como nuestras madres no nos dejaban cruzar las calles sólos (y la mayoría de las veces les hacíamos caso), nos dedicábamos a montar una Vuelta jugando a las chapas.
Era un efecto cerebral y general, todos pegábamos las fotos de nuestros preferidos en el interior de las chapas y nos lanzábamos a hacer carreteras en la tierra de los parques o descampados cercanos.
Sí, había mierdas de perros que nosotros esquivábamos al hacer nuestros recorridos y casi era más gozoso el diseñar la carretera que el jugar en sí.
Entendedme, el que había ganado el día anterior diseñaba el recorrido del siguiente, ¿y cómo?, muy sencillo; el primero era el que hacía menos esfuerzo, simplemente juntaba sus dos manos uniendo sus dedos centrales en una perfecta línea recta y , sin mucho esfuerzo, dibujaba el trazado de su circuito en la arena ( esquivando las mierdas). Acto seguido una legión de curritos (todos los que querían jugar), pasaban y repasaban con la misma postura en sus manos la carretera. El resultado era una pista totalmente limpia de polvo y paja con unos curiosos peraltes en las cunetas para evitar que se salieran las chapas.
No sé cómo en otras ciudades llamaron a nuestros trasquilones, redondillas etc. pero me imagino que el juego en sí era el mismo.
Lo siento, como siempre se me ha ido la olla y ya no sé por qué he titulado a esta entrada piratería